La eternidad en un instante
El tiempo se nos va, como la fina arena escapa entre nuestros dedos e impasible permanece esperando el abrazo de la fría ola.
Efímero contacto que alimenta mi hambrienta desesperación!
Castigo divino, el instante que nuestras almas se acarician para después diluirse en la inmensidad del océano.
Vuelvo al espacio inanimado del que provengo en compañía de conocidas sombras.
Navego en el abismo intemporal anhelando que la indiferencia me venza.
Eterna espera en la que pierdo la conciencia, hasta que nuestro fugaz encuentro me despierta.
Pero como siempre, ese segundo me da la vida pero también me la quita.
Arañita.
