La primera vez que te vi eras un rayito de luz,
Un angelito que aterrizó en mi habitación.
Una sensación de calidez me invadió, ya no estaba sola.
Y en un instante comprendí que seria un regalo que me acompañaría toda la vida.
Que me tendería su mano en los momentos bajos, que compartiría conmigo penas y alegrías, que seria un hombro en el que llorar, que siempre tendría una palabra amable y comprensión.
Que me enseñaría tantas cosas y sobre todo la más importante a compartir.
Un angelito que aterrizó en mi habitación.
Una sensación de calidez me invadió, ya no estaba sola.
Y en un instante comprendí que seria un regalo que me acompañaría toda la vida.
Que me tendería su mano en los momentos bajos, que compartiría conmigo penas y alegrías, que seria un hombro en el que llorar, que siempre tendría una palabra amable y comprensión.
Que me enseñaría tantas cosas y sobre todo la más importante a compartir.
Compartir las buenas y malas experiencias, los errores y tantos sentimientos. En definitiva compartir el camino de la vida, los baches, las cuestas, las subidas y bajadas.
Pero siempre en compañía aligerando el equipaje de este viaje que es la vida.
Arañita